
Por: Silvia Mayra Gómez Fariñas
Cuando publico mis artículos y recetas no estoy ajena a la realidad, vivo con los pies sobre la tierra. Como dije en mi trabajo anterior, sé los precios que tienen los productos, yo los padezco también.
Demasiado caros, y espero se tomen medidas. A mi juicio, muchos de los productos son de campesinos y cooperativas que le venden al sector privado y quizás sin con su plan de entrega al Estado, que es lo que está establecido. Cuando se va a los mercados estatales no se ve la cantidad y variedad de productos como en los privados, pero sí los precios un poco más generosos.
Las recetas que les propongo son para que se tengan, para hacerlas cuando se pueda. Como siempre digo, los libros se compran para hacer las recetas cuando se pueda (no todas en el momento), o al menos dar una idea para hacer y variar lo que se tiene.
En días pasados fuimos invitados a un conversatorio en el servicio de Geriatría del Hospital 10 de Octubre, lugar que visitamos con alguna frecuencia para intercambiar con las personas que acuden allí con el fin de mejorar su calidad de vida y hacerla más llevadera. No están hospitalizados, sino que pasan allí determinadas horas al día.
El intercambio siempre aporta, muchas de las personas tienen más de 80 años de edad, pero muy lúcidas. Uno de los temas que abordamos fue el de cómo se alimentaron o qué era lo que comían en su niñez y me llamó mucho la atención lo dicho por una señora, “La Reina”, como le llaman. Me dijo que lo que comía en su infancia era harina y que ya las personas no se acuerdan mucho de esa etapa. Y en verdad les digo honestamente que también recuerdo que la harina no faltaba en la mesa de mi casa independientemente que podía haber otros platos, pero la harina era Pi constante en las mesas. Lo mismo se comía sola, con picadillo, con huevo, con azúcar, con leche, con coco, con frijoles, etc. Harina de maíz seco, porque incluso muchas veces se compraban las mazorcas de maíz tierno, se abrían y se ataban en el cordel por las hojas hasta que se secaran y luego en una maquinita se molían al grosor deseado para el consumo. Un alimento muy empleado para los niños, con una yema de huevo crudo revuelta en la harina. ¡Que rico! ¿Quiénes no la disfrutaron?
Todos los reunidos en esa sesión del hospital llegamos a la misma conclusión: la alimentación de nuestros padres y abuelos era muy sana, tanto por los condimentos que se empleaban, como por las comidas en sí.
Hoy les traigo col salteada, arroz con maíz tierno y berenjena, y muslos de pollo con remolacha. Espero sean de su agrado.
Col salteada

Col salteada. Foto: Cocinar para cuatro.
Ingredientes (4 servicios):
Una col, 2 cucharadas de mantequilla derretida o de aceite, 1 taza de recortería de embutido o un paquete de perritos. 1 cebolla, 4 dientes de ajo, ½ cucharadita de jengibre, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Limpia, lave y pique la col en cuatro. Limpia y pique en ruedas la cebolla. Limpia y macere los ajos.
Ponga una cacerola a la candela con la col, sal y agua que la cubra y dele un hervor. Bájela de la candela, sáquela, escúrrala y luego píquela en tiras.
Aparte ponga la cacerola a la candela con la mantequilla, la cebolla, el ajo, sal y cuando comience a sofreír añada la recortería de ahumado dejándolo sofreír y cuando comience a dorarse, agregue la col y la pimienta y puntéelo de sal y déjelo unos minutos más a gusto.
Arroz con maíz y berenjena

Arroz con maíz y berenjena. Foto: Recetinas.
Ingredientes (4 servicios):
Tres medidas de olla arrocera, 2 mazorcas de maíz tierno, 1 berenjena, 1 cebolla, 1 ají, 2 dientes de ajo, 1 cucharada de cúrcuma rallada o 1 cucharadita de bijol, 1 cucharada de vino seco, ½ cucharadita de comino, 2 cucharadas de manteca o aceite, pimienta y sal a guato.
Preparación:
Limpie y lave el arroz. Limpie, lave las mazorcas y desgrane el maíz. Lave y pique en tiras la berenjena. Limpie y pique en ruedas la cebolla. Limpie, lave y pique en tiras el ají. Limpie y macere los ajos.
Ponga una cacerola a la candela con la manteca, la cebolla, el ají, los ajos, el comino, sal y déjelo, cuando comience a sofreír agregue la berenjena, luego el maíz y por último el arroz, sofríalo todo, bájelo.
Viértalo en la olla arrocera, adicione 8 medidas de agua, la cúrcuma, pimienta, puntéelo de sal y déjelo cocinar. Cuando esté apague y añada el vino seco, revuelva y tápelo de nuevo unos minutos antes de servirlo.
Nota: Si cree necesario le puede añadir un poco más de agua a gusto. Además quizás tenga un poco de caldo disponible, lo puede emplear en vez de agua.
Muslos de pollo con remolacha

Remolacha. Foto: Facebook/Cocina Judía e Internacional.
Ingredientes (4 servicios):
Cuatro muslos de pollo o lo que disponga de pollo, 2 remolachas, 1 cebolla, 4 dientes de ajo, 2 hojas de culantro, 1 hoja de orégano, 1 cucharadita de jengibre rallado, ½ cucharadita de comino, 1 cucharada de vinagre, 1 cucharada de vino seco, 2 cucharaditas de aceite, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Limpie y lave el pollo. Limpie y lave las remolachas. Limpie y pique en ruedas la cebolla. Limpie y macere los ajos, Limpie, lave y pique bien fino el culantro y el orégano.
Ponga una cacerola a la candela con las remolachas, cúbralas con agua y dele unos hervores. Bájelas, saque las remolachas, déjelas refrescar, cuele el caldo y resérvelo. Luego le saca la piel a las remolachas y las pica en tiras y resérvelas también.
Aparte ponga una cacerola a la candela con el aceite, la cebolla, el ajo, el culantro y el orégano, el comino, pimienta y sal y cuando comience a sofreír añada el pollo, dele vueltas para que se dore.
Agregue el jengibre, el vinagre y el vino seco, revuélvalo bien y cúbralo con el agua que reservó, puntéelo de pimienta y sal. Déjelo cocinar hasta que comience a reducirse el líquido, agregue la remolacha y déjelo hasta que la salsa se reduzca a gusto.
Nota: El jengibre es más fácil congelarlo para utilizarlo rallado en la cocina, también para hacer refresco, al igual que la cúrcuma.
http://www.cubadebate.cu/especiales/2023/01/25/sabor-y-tradicion-col-salteada-y-arroz-con-maiz-tierno-y-berenjena/