
Encuentro entre el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel y su par ruso, Vladimir Putin. Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
¡Querido compañero Díaz-Canel!
Estoy muy contento de verlo de nuevo en Moscú.
Luego de los tres años transcurridos desde nuestro último encuentro aquí, las relaciones entre Cuba y Rusia han seguido desarrollándose de manera constante.
Me gustaría señalar que se desarrollan la cooperación entre nuestros ministerios de relaciones exteriores, parlamentos y gobiernos. Más recientemente, estuvo en Cuba el presidente de la Duma Estatal de la Federación Rusa, el señor Volodin.
Conozco que tiene un programa muy grande aquí en Rusia y esta vez se reunirá con muchos colegas.
La comisión intergubernamental está trabajando. Recientemente se llevó a cabo la 19ª sesión de la comisión intergubernamental. Hemos desarrollado y creado todo un plan de cooperación entre gobiernos, y una gran cantidad de proyectos conjuntos están planificados para implementar allí hasta 2030.
Tenemos una maravillosa oportunidad de analizar todo con usted, lo que se ha hecho últimamente, lo que debería hacerse en las difíciles condiciones de hoy; de hecho, probablemente nunca hayan sido simples.
Usted sabe que la Unión Soviética y Rusia siempre -aún hoy- han apoyado y siguen apoyando al pueblo cubano en su lucha por la independencia, por la soberanía. Siempre nos hemos opuesto a todo tipo de restricciones, embargos, bloqueos, etc.
Siempre hemos apoyado a Cuba en las plataformas internacionales. Y vemos que Cuba toma la misma posición en relación a nuestro país, en relación a Rusia.
Todo esto es fruto de la tradicional amistad que fundó el compañero Fidel Castro, y hoy usted y yo le develamos un monumento, a mi juicio, el monumento está muy bien. No sé si le gustó o no. Me parece que no puede evitar que le guste. De hecho, este es un buen recuerdo de él, una verdadera obra de arte. Es tan dinámico, todo en movimiento, avanzando, e indudablemente, la imagen del luchador ha sido creada.
Realmente recuerdo nuestros encuentros personales con él, hasta en los detalles. Era una persona brillante. Me llamó la atención, recuerdo, en el momento en que nos conocimos por primera vez – en su oficina y después el almuerzo, de manera libre, discutimos la situación actual que desde entonces se desarrollaba en el mundo – me sorprendió mucho su inmersión en los detalles, en matices de sucesos, que ocurrían bastante lejos de Cuba, pero sabía y podía analizar todo lo que pasaba en el mundo. Fue muy interesante y útil para mí haber tenido estas reuniones con él.
Sobre la base de esta sólida amistad, por supuesto, teniendo en cuenta las condiciones actuales, debemos avanzar y fortalecer nuestra cooperación. Y estoy muy contento de que tengamos esa oportunidad. ¡Bienvenidos!