#Baraguá, enseñanza eterna de ética y patriotismo

No se puede hablar de Baraguá sin mencionar o analizar la Paz del Zanjón.

La experiencia de ese suceso que acompañó a los movimientos revolucionarios cubanos con distintas características y escenarios hasta nuestros días, dado el conocimiento de nuestros enemigos, primero España y después los EE.UU., del valor de romper la unidad en el enfrentamiento.

Por eso hoy en día es el arma principal que utilizan, destruirla, con la incorporación en nuestro caso, como en otros países en Revolución, de la guerra económica y con la sucia guerra mediática y sus consecuencias en la formación de valores en los cambios generacionales.

Entonces, el regionalismo jugó un papel importante cuando decisores villaclareños prácticamente expulsaron al General Máximo Gómez Báez de sus territorios, cosa que lo afectó tanto que regresó a Camagüey casi convencido de la imposibilidad de continuar la lucha.

Ante ese cuadro los españoles reforzaron su política en la Isla y nombraron Capitán General a Arsenio Martínez Campos, conocido por “el pacificador”, dados sus logros contra los alzamientos de movimientos antimonárquicos en España.

Sustituyeron a los oficiales sanguinarios, devolvieron de los bienes embargados a muchos generales y políticos cubanos en la manigua, prometieron respetar la vida de los que se entregaran, dinero a los que así quisieran, eliminar las deportaciones, comida a los familiares y sobre todo, “peinar” exhaustivamente cada zona villareña para reducir los insurrectos. Nada de independencia ni abolición de la esclavitud.

La situación llevó a los líderes villaclareños a nombrar al controvertido General Vicente García Aguilera al frente de las tropas y más tarde, al caer prisionero Tomás Estrada Palma, a la sazón Presidente en Armas, nombrarlo como su sucesor. García Aguilera aprovechó la ocasión para pedirle al Lugarteniente Antonio Maceo Grajales que fusilara a Gómez por haber abandonado la contienda, lo que estaba contemplado en la Constitución, y así satisfacer sus desacuerdos con el caudillo.

Vale la pena profundizar en la posición del General insurrecto tanto en los sucesos de Laguna de Varona primero, como los de Santa Rita, para apreciar mucho más el valor histórico de la unidad.

Paralelamente a la situación político-militar, ya venían gestándose elementos del capitalismo con la industrialización del azúcar, donde la mayoría de los centrales pertenecían a los norteamericanos con una relación de las importaciones de ella a ese país con aproximadamente el 80% de su producción y apenas un 3% a España.

Era la influencia a los hacendados rebeldes en la manigua y sus intereses económicos. Cuba estaba sometida a dos metrópolis, a España en lo político y a EE.UU., en lo económico.

De ahí surge El Zanjón, el 18 de febrero de 1878, una paz, repito, sin independencia, aprovechada por los españoles.

El desgaste de diez años de lucha armada, pocos recursos de guerra, falta de unidad, lo inoperante del aparato de dirección política y un ejército centralizado, sentenciaba lo ocurrido.

Solo Maceo y sus hombres no aceptaron. Dado el poder de la región oriental y sus ejércitos con probados patriotas, guerreros y políticos, plantaron el 15 de marzo de 1878 la Protesta de Baraguá, estableciendo un nuevo gobierno y una Constitución Revolucionaria.

España continuó su política de debilitar las tropas y seguía ofreciendo seguridad a los que depusieran las armas, no ripostaban los ataques y ponían pañuelos blancos en las bayonetas de sus fusiles para desmoralizar a los mambises, no disparaban, en fin, desconcertaban a los patriotas ante tal actitud.

Maceo los obligó a defenderse y entonces concentraron todo el ejército nacional español sobre él y sus hombres, los cercaron, los hostigaron, hasta que, al no poseer los mínimos recursos para seguir, la Dirección Revolucionaria le solicitó a Maceo que saliera al exterior para obtenerlos, dada su ascendencia en la inmigración, para así poder continuar la lucha. Lo convencen y en mayo de 1878 llega a Jamaica, pero poco tiempo después, al no poder lograr lo esperado, indicó posponer la lucha y preservar los hombres.

Comenzó entonces la grandeza de Martí, que a pesar de su temprana muerte, en campaña logró la primera independencia, superando los fracasos de los Diez Años. Con ese espíritu martiano, medio siglo después Fidel logró la verdadera y total independencia que tenemos y defendemos hoy, como Maceo en Baraguá.

http://razonesdecuba.cu/baragua-ensenanza-eterna-de-etica-y-patriotismo/

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