
Misiles crucero Kalibr son probados durante ejercicio ruso-bielorruso a mediados de febrero 2022 (Foto: AP Photo)
25 DE FEBRERO – TENAZA SOBRE KIEV, UNA PROBABLE BANDERA FALSA Y EL ESCENARIO DE NEGOCIACIÓN
Hay parte oficial de la Federación Rusa sobre la operación militar especial en Ucrania, ante la cercanía de sus cuerpos militares a las afueras de la capital. El Ministerio de Defensa comunicó el éxito de una operación de aterrizaje cerca del aeródromo de Hostomel, en las afueras de Kiev en el oeste de la ciudad. Más de 200 helicópteros rusos participaron en ella.
Durante la maniobra se suprimió todo el sistema de defensa antiaérea en la zona de aterrizaje, se aisló por completo la zona de combate desde el aire y se mantuvo activa la guerra electrónica. Como saldo, informa el Ministerio de Defensa, fueron dados de baja 200 miembros de las unidades especiales de Ucrania, sin muertes en el bando ruso.
Rusia denunció que el ejército ucraniano está promoviendo el uso de ciudadanos como escudos humanos en las zonas residenciales. El portavoz del Ministerio de Defensa informó que, de acuerdo a informes de inteligencia, la junta militar de Zelenski ordenó el despliegue de sistemas Grad (artillería de cohetes soviético) en la plaza Shevchenko de Kiev para atacar la zona del aeródromo de Hostomel.
«El uso por parte del régimen de Kiev de zonas residenciales para cubrir las posiciones de tiro de su artillería es un crimen de guerra. Estamos muy familiarizados con esta práctica. Estas técnicas son utilizadas activamente por los terroristas supervisados por la CIA en Oriente Medio y en otros países», dijo Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa.
Asimismo, el gobierno de Zelenski ha instado a los ciudadanos ucranianos a armar bombas molotov para atacar las fuerzas rusas. El gobierno de Putin ha ordenado no atacar civiles, como dicta su doctrina militar, sin embargo en el momento en que alguno tome una acción ofensiva como parte de la guerra inmediatamente se convertirá en objetivo militar. Por esta razón Kiev estaría aupando dichas acciones, con el propósito de incriminar a Rusia en una narrativa de «ataques sobre civiles».
Tácticas similares, si no idénticas, se han ejercido en otros escenarios menos beligerantes: durante las revoluciones de color en la misma Ucrania y Venezuela (2014 y 2017), donde civiles se incorporaban a grupos de choque en el marco de actividades de guerra urbana, mientras la narrativa política-mediática instalaba la percepción de que «ciudadanos en protesta» estaban siendo «reprimidos por los cuerpos de seguridad».
Es por ello que el Ministerio de Defensa ruso se dirigió a los ciudadanos ucranianos: «Su liderazgo nacionalista utiliza los mismos métodos que los terroristas. Quieren usarlos como escudos humanos. Las fuerzas armadas rusas no infligirán ningún ataque en los barrios residenciales de la capital ucraniana».
Algunos analistas militares como The Saker plantean que Zelenski/OTAN muy probablemente ejecutaría una gran operación de bandera falsa en Ucrania; quizás se relacione con este escenario. El Ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, tuiteó sin presentar pruebas: «Los ataques rusos de hoy contra jardines de infancia y orfanatos son crímenes de guerra y violaciones del Estatuto de Roma. Junto con la Oficina del Fiscal General, estamos recolectando estos y otros materiales, que enviaremos de inmediato a La Haya. La responsabilidad es inevitable».
De hecho, el Ministerio de Defensa de Ucrania está tratando de reclutar niños para luchar contra los rusos. Han eliminado todas las restricciones de edad.
La operación quirúrgica de «desmilitarización» y «desnazificación» continúa, mientras se encuentran en las afueras de Kiev los cuerpos militares por tierra y aire. Esta presión ha provocado en las últimas horas una reacción en Zelenski, que llamó de manera pública a Putin para sentarse a negociar: «Ucrania está lista para negociar su neutralidad (respecto a la OTAN)».
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió al llamado informando que Putin está dispuesto a enviar una delegación a Minsk para iniciar una mesa de negociaciones. Pero primero el ejército ucraniano debe deponer las armas, a petición del gobierno ruso.
Este sería uno de los objetivos de Moscú: presionar a Kiev para que deje de azuzar la bandera otanista, destruir la capacidad armamentística-militar provista por Occidente en el último lustro y cortar de raíz las influencias y los componentes neonazis que gobiernan Ucrania.
24 DE FEBRERO – REACCIONES OTANISTAS A LA OPERACIÓN MILITAR DE RUSIA EN UCRANIA
Abrimos este espacio textual para ir anotando, analizando, comentando y desarrollando los principales tópicos, hechos y datos que se desprenden de la «operación militar especial» desplegada por la Federación Rusa sobre Ucrania y el Dombás.
Aquí estaremos publicando de manera breve, sin arriesgar la profundidad analítica que nos caracteriza, los elementos esenciales que se producen durante el desarrollo de los acontecimientos en el corazón de la región euroasiática y más allá, teniendo como premisa el hecho de que las capacidades militares rusas demuestran una superioridad generacional respecto a la de sus pares en Occidente.
En el Twitter de Misión Verdad hemos seguido los acontecimientos (que se estará actualizando constantemente) y explicado las razones de fondo para que el presidente Vladímir Putin haya dado el sí a una operación quirúrgica en Ucrania (la expansión de la OTAN hacia Eurasia).
Dicha superioridad está dejando atónitos y francamente irritados a los líderes norteamericanos y europeos de la OTAN, como lo expresa una publicación hecha este jueves 24 de febrero por el jefe del ejército alemán, teniente general Alfons Mais, en su página de LinkedIn. Citamos:
«En mis 41 años de servicio en la paz (sic), nunca habría creído que tendría que vivir otra guerra (sic).
«Y la Bundeswehr, el ejército que se me permite dirigir, está más o menos desnuda. Las opciones que podemos ofrecer a los políticos para apoyar la alianza son extremadamente limitadas.
«Todos lo veíamos venir y no fuimos capaces de salir adelante con nuestros argumentos, de sacar las conclusiones de la anexión de Crimea (sic) y de aplicarlas. ¡Esto no se siente bien! Estoy enojado.
«El territorio de la OTAN aún no está directamente amenazado, aunque nuestros socios en el Este sientan la creciente presión.
«Cuándo, si no ahora, es el momento de dejar atrás estructural y materialmente la misión de Afganistán y reposicionarse, pues de lo contrario no podremos cumplir nuestro mandato constitucional y nuestras obligaciones de alianza con ninguna perspectiva de éxito».
El sentimiento de frustración por la disparidad en las capacidades militares de los miembros de la OTAN respecto a las rusas están dejando al desnudo la incapacidad estratégica para disuadir al Kremlin. La más clara señal de esto es la respuesta pública de Jens Stoltenberg, secretario general del bloque, luego de reunirse con los miembros de la organización atlantista durante las primeras horas de este jueves 23:
«No hay tropas de combate de la OTAN, no hay tropas de la OTAN en absoluto dentro de Ucrania. Y hemos declarado que no tenemos planes, ni intención de desplegar las tropas de la OTAN en Ucrania».
En efecto, como lo expresa el experto en temas e historia militares Boris Rozhin, ni Estados Unidos ni la OTAN «lucharán directamente por Ucrania», por mucho apoyo armamentístico provisto.
Dejando de lado una respuesta militar, así sea a vox populi (recordar que aún están dispuestas y en sus posiciones las redes otanistas Stay-Behind), el presidente Joe Biden, el premier británico Boris Johnson y la Unión Europea (UE) acordaron aplicar la manida estrategia sancionatoria contra la Federación Rusa sin atreverse aún a cortarla del sistema de pagos internacional SWIFT, medida rechazada por Alemania, Italia y Hungría, de acuerdo a los reportes.
La razón por la que algunos países europeos se niegan a desconectar a Rusia de SWIFT es sencilla pero contundente: los 27 países que integran la Unión Europea (UE) tienen una relación de dependencia de gas ruso en un 41% y un conjunto de 13 países europeos dependen del gas ruso en más de 95%. Una implosión en la cadena de suministros energéticos repercutiría directamente en una población de casi 450 millones de europeos.
En los próximos días conoceremos en detalle en qué consisten las nuevas «sanciones», pero ya Biden, Johnson y la UE asomaron que apuntarán a la infraestructura del sistema financiero ruso, además de prohibiciones adicionales relacionadas con nuevas deudas y acciones de las principales empresas estatales rusas e instituciones privadas.
Las autoridades rusas ya habían expresado que el país más extenso del planeta está preparado para el bloqueo económico, financiero y comercial atlantista. Las reservas de oro acumuladas durante los últimos años y el fortalecimiento de alianzas y sociedades en Asia y América Latina, la más importante con China, dan confianza al Kremlin en que, a pesar de los duros embastes que seguramente podría sufrir su economía, lograrán resistir la afrenta.
De esta manera, las «sanciones» punitivas solo pueden expresar impotencia y vacío estratégico, mucho más que fuerza. La estrategia de guerra financiera no ha sido efectiva a la mira de sus objetivos políticos, como se ha visto en los casos de Venezuela, Cuba o más allá, en Siria e Irán. Más bien han provocado un mayor acercamiento entre distintos polos de poder adversos a la dinámica hegemónica occidental.
Las reacciones al nuevo capítulo de la era multipolar que está escribiendo Rusia vienen chorreando lágrimas y gritos por todos lados (parafraseando y trastocando la famosa expresión de Marx), mientras «el nuevo orden mundial» de los globalistas occidentales está siendo superado por un nuevo modelo de relaciones internacionales.
https://misionverdad.com/globalistan/las-multiples-derivas-de-la-operacion-militar-rusa-en-ucrania