Por: Marco Velázquez Cristo.
La historia no defiende a este falso fraile que esconde bajo la capucha de su cogulla robada su rostro de infame truncador de vidas y sueños. Su execrable trayectoria y los resultados de ella no pueden ser recogidos en un artículo, para hacerlo sería necesario escribir un libro de miles de páginas que, bien pudiera titularse, “Los crímenes del mayor asesino en serie de todas las épocas”.
Tal vez jamás se pueda establecer con exactitud cuántas vidas le han costado a la humanidad las acciones de los que, cínica e hipócritamente pretenden presentarse como sus celosos cuidadores y salvadores.
Pequeña muestra del historial del tristemente célebre asesino en serie.
En un artículo publicado en el sitio digital de telesur titulado, “Intervenciones de EE.UU. en América Latina, 69 años de lucha” aparecen reseñadas algunas de las más importantes vilezas imperiales contra los pueblos de Latinoamérica y los miles de vidas que han costado.
Solo algunos datos para ilustrar: 1954 invasión a Guatemala; costo en vidas, 200 mil personas asesinadas. 1989 invasión a Panamá, 3500 muertos.
Según el sitio, “Resumen Latinoamericano” Estados Unidos ha matado a más de 20 millones de personas en 37 “Naciones víctimas” desde la Segunda Guerra Mundial hasta el 2016.
En la Demanda del pueblo de Cuba al gobierno de Estados Unidos por daños humanos se especifica que, 3.478 personas han muerto a causa de las acciones perpetradas contra Cuba por ese país.
Siria: UNICEF marzo de este año alerta que, 1106 niños murieron durante los combates en Siria en 2018 y que 2,6 millones de infantes de ese país se encuentran en campamentos de refugiados.
¿Cuántos han muerto en todos estos años de guerra?, las cifras son imprecisas, algunos sitios y organizaciones no gubernamentales las sitúan en más de 20 mil menores fallecidos. ¿Quién es el responsable de esta guerra?, el criminal es bien conocido EE.UU.
Libia: UNICEF advierte que, existen más de 378.000 niños en riesgo de muerte en ese país sumido en el caos y la guerra civil desde que en 2011, EE.UU. decidió invadirlo convirtiéndolo en un paraíso para las mafias que trafican con armas, combustible y personas.
Irak: En la invasión desatada por EE.UU. so pretexto de que el gobierno de ese país tenía armas de destrucción masiva que, nunca fueron encontradas el uso de armas químicas por parte de sus tropas ocasionó un aumento drástico en la cantidad de menores nacidos con mutaciones defectos y diferentes tipos de enfermedades como cáncer y leucemia. Según expertos la contaminación del medio ambiente provocada por el uso de ese tipo de armas en Irak puede ser comparada con la ocasionada por la bomba atómica arrojada por el mismo criminal sobre Hiroshima
¿Cuántos niños murieron y cuantos nacieron y aun nacen con las crueles marcas de esa guerra?, es difícil de saber, lo que si se conoce es que en solo 4 años llevó a la malnutrición al 28% de los iraquíes.
Junio de 2018 el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Zeid Raad al-Husein, instó a Estados Unidos a dejar de separar a los niños migrantes de sus padres en la frontera con México.
Según una fuente del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés), en apenas un mes de ese año unos 2000 niños habían sido separados de sus familiares adultos. Posteriormente se conoció que los retenían en locales enrejados o enmallados en pésimas condiciones de salubridad.
No me he referido a los millones de seres humanos muertos o desplazados a causa de esas y otras guerras que han lanzado los EE.UU. y sus aliados como parte de su filosofía de dominación y despojo. Solo en Siria se plantea que han muerto 100.000 civiles y 6 millones de personas han sido desplazadas.
En el contexto actual EE.UU. vuelve a “brillar” por su cinismo, hipocresía y falsedad al mostrase “preocupado” por lo que ellos y sus replicantes llaman “crisis humanitaria” para sobredimensionar la magnitud de las carencias y sufrimientos del pueblo venezolano, causadas por la aplicación de sus crueles e ilegales sanciones económicas, el robo descarado del dinero del país suramericano el cual emplean para pagar sus propias deudas y financiar sus campañas contra su víctima. Parece dispuesto a lanzar un nuevo zarpazo sobre un pueblo de la América nuestra.
Si el lector deseara ampliar sobre las atrocidades cometidas por el imperio puede visitar el sitio WarDiaries.Wikileaks.org que, le proporcionará fácil acceso a miles de documentos filtrados por Wikileaks que las revelan sin la censura de los que, se piensan los dueños del mundo. Por eso les duele y odian a Julian Assange.
Si alguien en un éxtasis supremo de ingenuidad y de ignorancia histórica confía en las buenas intenciones del imperio pensando que se ha enmendado debe preguntarse:
¿Por qué este ignora y no contribuye con alimentos, medicinas y recursos financieros a eliminar la crisis humanitaria que, existe en Yemen catalogada como la más grave del planeta?
Algunos elementos sobre dicha crisis:
Según la organización Oxfam Internacional el conflicto, que estalló en marzo de 2015, en el cual se enfrentan la coalición liderada por Arabia Saudí y el Gobierno yemení con el movimiento Ansar-Allah (también conocidos como los hutíes), ha causado más de 17,000 muertes y lesiones a civiles. Una cifra superior a los tres millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. 24 millones (el 80% de la población del país) necesitan ayuda humanitaria lo que, la convierte en la crisis de mayor envergadura del mundo.
Se estima que 20 millones de yemeníes (el 60% de la población del país) sufren inseguridad alimentaria y desnutrición, de los cuales 2 millones son niñas y niños. Según la ONU, 14 millones de personas, la mitad de la población, están a un paso de la hambruna.
Al mismo tiempo, Yemen se enfrenta al peor brote de cólera nunca registrado en el mundo, que se ha expandido por casi la totalidad del territorio de este país devastado por la guerra.
Para EE.UU. los habitantes, muertos, desplazados, hambrientos y enfermos de los países que hemos mencionados no son seres humanos. A unos los ignoran y a otros con un eufemismo indignante los llaman daños colaterales.
Con su espeluznante historial de crímenes cometidos contra la humanidad, la “miopía” selectiva que padece y su deleznable conducta actual, los estadunidenses no tienen moral para pretender ser abanderados del humanismo en la tierra. En todo caso son asesinos en serie disfrazados de humanistas.